El Santuario de Loyola está situado en el val del río Urola, es un complejo arquitectónico que se edificó en torno a la casa torre de la familia de los Loyola.
Te sorprenderá hallar el Santuario en medio del Val de Urola, rodeado de montañas y en un ambiente idílico.
Ignacio de Loyola, Iñigo López de Loyola, nació en el año mil cuatrocientos noventa y uno en la casa torre familiar sita en Loyola. Hijo del señor de Loyola, Beltrán Ibáñez de Oñaz (cabeza de los Oñacinos),1 y de la ondarresa Marina Sánchez de Licona.
El conjunto del Santuario está edificado en torno a la Casa Torre medieval en la que Íñigo de Loyola nació. La “Casa Natal” trasladará tu imaginación a la temporada feudal a través del estirpe de San Ignacio de Loyola, el de la familia de Oñaz y Loyola, que se conoce desde el siglo XIII. Sus muros de prácticamente 2 metros de espesor, troneras, e inclusive bombardas viejas te van a hacer sentir que accedes a una fortaleza medieval, como en verdad era la edificación originalmente.
Si la Casa Natal es el corazón interior del Santuario de Loyola, la basílica es el exterior.
La Basílica, data de mil setecientos treinta y ocho, está dominada por su gran bóveda y antecedida por un extenso pórtico de 3 vanos al que se sube por una enorme escalera. Una vez dentro, en el interior, el churrigueresco lo anega todo, mármol con mucho dorado. En el altar mayor vas a poder ver la escultura de plata de San Ignacio, donada por la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas, una entidad de comercio naval con América clave en la historia de Gipuzkoa.
El templo se inauguró en mil setecientos treinta y ocho y se consagró en mil ochocientos ochenta y ocho y mil ochocientos ochenta y nueve. El templo del santuario de Loyola fue declarado basílica menor en mil novecientos veintiuno por el papa Benedicto XV.
Loyola es uno de los lugares más señalados de Euskadi, tanto desde el punto de vista histórico como por sus tradiciones y asimismo por el ambiente natural en que se halla.
Es un excepcional monumento lleno de interesantes obras de arte y cientos de reliquias, que lo transforman en uno de los primordiales centros de peregrinación de España.
El complejo religioso de Loyola dispone de un Museo de Arte Sacro que se sitúa en el ala norte del santuario.
La visita a la iglesia y museo del santuario puede hacerse en 3 de horas; sus jardines y alrededores pueden llenar la mañana.
El Santuario de Loyola es el punto de partida del Camino Ignaciano y también forma parte de la Ruta de los Tres Templos.
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